El slow life es una tendencia que ha crecido mucho en los últimos años y tiene un solo objetivo: vivir la vida sin prisas. Así es, dejar el estrés y los relojes para cambiarlos por tranquilidad y paciencia que nos ayude a vivir una vida más en armonía.
A priori, esto podría no sonar en línea con la idea de cuidar y criar a tu familia, pues los gastos y las responsabilidades que esto implica siempre traen consigo preocupaciones. Sin embargo, aquellos que ya saben y practican hoy una vida más lenta, nos dicen que el slow-living no se trata de hacer todo más lento, si no de “editar”, hacer “cortes” pequeños a nuestro día a día.
Por eso, si hoy quieres empezar a vivir más despacio junto con tu familia, toma en cuenta estos tres consejos para empezar a hacerlo.
Las horas del día pasan con rapidez cuando no organizamos nuestro tiempo. Seguramente muchas veces has sentido que tienes tantos pendientes y pocas horas al día. Pero la gente que hoy practica el slow-life sabe que todo se trata de organización, de establecer horarios para tus actividades y además, para el uso de ciertas cosas.
Si hoy quieres empezar a vivir más lento, pon horas para usar tus aparatos electrónicos, para dedicarlas al trabajo, para usar el internet o ver la televisión y haz que los miembros de tu familia, organicen por su cuenta los suyos.
De esta forma, te aseguramos que empezarán a ver más horas en el día para dedicar a ustedes.
Bien dice el dicho: eres lo que comes. La comida es uno de los aspectos más importantes de la salud de todos nosotros y por ello, uno de los pilares del slow-life es tener una alimentación sana, plena y equilibrada.
Ahora que comienzan a organizar su tiempo, comiencen también a usar ese tiempo extra para equilibrar su alimentación. Cambia tu lista de súper para agregar más productos frescos, saludables y de comercio agradable con la naturaleza, además de sacar las comidas rápidas del menú. Con el tiempo, comenzarán a ver que el slow-eating no solo les traerá mejor digestión, sino también más armonía y equilibrio.
Algo muy cierto es que nuestro entorno influye mucho en la velocidad que llevamos en nuestras vidas. Las ciudad y sus bullicios terminan por convertirse en un espacio donde será muy difícil que encuentres formas de vivir la vida más despacio.
Por eso, busca acercar a tu familia y a ti a la naturaleza, a lugares donde el equilibrio con lo que se encuentra a tu alrededor sea fácil de encontrar.
Lugares como los bosques o campos abiertos son ideales para relajarse y comenzar a vivir en tu entorno.
Posiblemente este sea el “corte” más radical que tengas que hacer en tu vida y la de tu familia. Pero recuerda, estás empezando a vivir lento y no significa que tenga que ser una decisión de un día para otro. Lo que nosotros te recomendamos es que hoy vengas y conozcas Haras, una ciudad ecológica de 1200 hectáreas de las cuales 800 son bosque.
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